La India, ¿un respiro para Occidente?
India todavía se encuentra relativamente relegada en los planos económico y tecnológico, pero se prevé que llegue a convertirse en la próxima gran potencia

DANIEL PÉREZ MÉNDEZ | Madrid
11 de octubre de 2025
La Administración Modi mantiene relaciones tanto con Occidente como con los nuevos BRICS. India todavía se encuentra relativamente relegada en los planos económico y tecnológico, pero se prevé que llegue a convertirse en la próxima gran potencia. Para ello, en los últimos años se ha llevado a cabo una serie de reformas.
Potencia económica
La India es el país que cuenta con la mayor población del planeta, con aproximadamente 1.800 millones de personas. El 30% de los habitantes del trabaja en el sector primario, lo que implica unas altas tasas de dependencia de la agricultura y ganadería.
La economía india se encuentra en proceso de crear una red industrial que permita a su población abandonar la pobreza en la que se encuentran más de 150 millones de indios. Además, el contexto de ciertos recelos respecto a China (aumento de costes laborales y competitividad tecnológica) provoca que algunos países occidentales comiencen a buscar nuevos destinos para sus fábricas.
Se espera que la India potencie su capacidad productiva y demográfica para atraer a algunas de las empresas que actualmente se encuentran en China, lo que podría contribuir a reducir la cantidad de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza.
El objetivo de la India, por el momento, no es superar a China, sino ser una potencia económica, industrial, militar y cultural, a la vez que crear una red de relaciones bilaterales con países occidentales que refuercen su papel de competidor de primer orden.
Potencia cultural
La heterogeneidad de la sociedad india es un rasgo propio del país. Existen más de mil lenguas, dialectos y culturas dentro de la India. Esta riqueza cultural ha sido interpretada por el gobierno nacionalista de Modi, en ocasiones, como un obstáculo para la proyección exterior bajo la lógica «un idioma, una cultura, un país». Por ejemplo, los aproximadamente 300 millones de personas que profesan la fe islámica en la India ven cómo el gobierno sustituye las mezquitas por templos, comienza a dar una cierta ventaja a aquellas personas que hablen hindi y promueve medidas para reducir el numero de lenguas que se hablan en la India.
Estas medidas no buscan necesariamente la homogeneización forzosa de la sociedad, sino una política de estandarización de rasgos culturales que permita a la India convertirse en una potencia también en este campo.
Potencia militar
El 22 de abril de 2025, la India sufrió el atentado terrorista de Pahalgam en la región de Cachemira, disputada con Pakistán, lo que llevó a un cruce de acusaciones entre ambos países, desencadenando un choque bélico sin precedentes entre ambas naciones.
El conflicto duró unas pocas semanas. Los equipos del ejercito indio, mayoritariamente comprados a Occidente, se demostraron robustos, salvo los aviones Rafale franceses, con mas de cinco derribos por parte de los sistemas antiaéreos pakistaníes comprados a China.
En este contexto, la India ha preferido matizar su posicionamiento hacia posiciones estratégicamente neutrales, mejorando sus tensas relaciones con China y comprando los nuevos Su-57 a Rusia, en un cambio de política industrial y militar que sorprendió a su proveedor principal de F-35.
Tras la operación Sindoor, Nueva Deli ha decidido centrarse en mejorar su armada para ponerla al nivel del resto de grandes potencias del mundo. La solución ha sido la construcción de fragatas, submarinos y la compra de un nuevo portaaviones para reforzar la armada india para 2035, además de construir bases navales en la costa continental y en algunas islas bajo su soberanía para ejercer un control efectivo sobre el tráfico marítimo a través del Océano Índico.
Potencia diplomática
Si bien la tónica diplomática hindú durante los últimos años ha sido de acercamiento a Occidente y de relativa oposición a China, las relaciones diplomáticas del país son de naturaleza basculante, buscando un espacio propio en la esfera internacional para favorecer sus intereses.
Tanto la India como Pakistán poseen armas nucleares «disuasorias», lo que militarmente le confiere a ambos, pero especialmente a la India, una gran influencia en la escena internacional.
A la hora de establecer relaciones con otros estados, la India persigue actitudes de beneficio común, siempre priorizando el propio. Aunque sus relaciones con Occidente son formalmente saludables, la India forma parte también de los BRICS, definiéndose como país reformista al igual que China, Brasil o Rusia.
El Primer Ministro indio ha recibido a cinco jefes de Estado y de gobierno de la UE, entre los que se encuentran los de España, Francia y Alemania para atraer inversiones europeas. A su vez, Modi ha visitado Ucrania con la intención de mostrar su ayuda en caso necesitarla en las negociaciones con Rusia y, por último, fue a Washington para reunirse con Donald Trump para expresarle su agradecimiento por mediar en el conflicto por Cachemira y buscar nuevos mercados donde vender los productos de poco valor añadido que China está dejando de producir.
Actualmente se puede observar cómo su relación con la Administración Trump deja mucho que desear, a la vez que se ve con fuerzas de mantener un pulso a Pekín con buena cara y con disposición de colaborar em el proyecto de un mundo alejado de Occidente.